Add parallel Print Page Options

11 Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de recibirla, sino más bien tristes; pero después de ser ejercitados en ella, nos produce un fruto apacible de justicia.

Los que rechazan la gracia de Dios

12 Levanten, pues, las manos caídas y las rodillas entumecidas;(A) 13 enderecen las sendas por donde van,(B) para que no se desvíen los cojos, sino que sean sanados.

Read full chapter